Preciosa, divertida, complicada, excitante, montañera e inolvidable circular desde Grazalema que le sacamos a la Crestería de la Sierra del Pilar.
POR FAVOR, LEER CON DETENIMIENTO LA DESCRIPCIÓN. TOMEN ESTE TRACK SOLO COMO GUÍA, NO COMO DOGMA DE FE. LA ORIENTACIÓN EN LA CRESTA NO ES FÁCIL.
Para hacer esta ruta se requieren permisos especiales que conceden en la Oficina del Parque Natural de Grazalema. Son dan dos permisos por mes a grupos (max 15 personas federadas en montañismo o espeleología), y solo en meses sin peligro de incendio. ES UNA RUTA QUE HAY QUE DESCARTAR SI HAY EL MÁS MÍNIMO RIESGO DE INCLEMENCIA METEOROLÓGICA POR PEQUEÑA QUE SEA. En la parte más delicada, seguíamos el track de uno de los montañeros más fiables de Andalucía y, aún así, la ruta es de MUY DIFÍCIL ORIENTACIÓN. Si, además, os cae la niebla como nos pasó a nosotros, la dificultad de la ruta se multiplica, principalmente en el aspecto sicológico. CONFIANZAS CERO, hay que tratar de respetar el ABC del montañero: empezar al amanecer, llevar comida y agua de sobra, ropa de abrigo, manta térmica, frontal...
Por lo general, esta ruta se suele hacer lineal y desde el aparcamiento del Sendero del Pinsapar o Crestería Sierra del Pinar hasta el aparcamiento de inicio de la subida la Torreón. No obstante, nosotros nos envalentamos con una circular que empieza en el mismo Grazalema, sube por el Sendero Literario hasta el embalse del Arroyo del Frenillo y sube hasta el ya mencionado aparcamiento del sendero del Pinsapar; después de subir al San Cristóbal, hacer la cresta y coronar Torreón, bajaríamos por el sendero oficial y volveríamos al pueblo por una senda paralela a la carretera.
El primer tramo hasta el inicio de la zona protegida, sin ninguna dificultad. Hasta 1 km después del Puerto de las Cumbres, subimos compartiendo un cómodo sendero con los grupos que iban a tirar para el pinsapar. Desde dicho punto abandonamos el sendero para empezar a buscar el Pico San Cristóbal. Lo de abandonar el sendero que quede claro, ya que no hay nada parecido hasta que empezamos a bajar el Torreón, es decir durante horas. En un km entretenido, sin mayor dificultad, pasamos por una sima y, posteriormente, llegamos hasta un collado donde hay un nevero marcado con waypoint. Desde uno de los espolones rocosos del collado donde nos avituallamos, hay vistas fantásticas a la cercana Sierra de las Nieves y a la lejana Maroma. El desafiante San Cristóbal nos esperaba. Lo encaramos por una promesa de vereda a su izquierda, pero pronto nos quedó claro que había que trepar para llegar arriba, sin demasiada dificultad. Según puede verse en el track, coronarlo es opcional. Yo decidí hacerlo para marcar también la subida a su cima que no lleva más de 10 minutos desde que nos aupamos a la cresta.
Una vez subido al San Cristóbal y bajado a la cresta empieza la verdadera aventura. En este punto ya se ha subido la mayor parte del desnivel de la ruta (téngase en cuenta que el San Cristóbal está a 1553msnm y el Torreón a 1648), PERO QUE NADIE SE CONFÍE POR ELLO PUES LA DIFICULTAD DE LA RUTA EMPIEZA AQUÍ. La orientación, repito, no es fácil pues aunque puede intuirse por el mapa y por el sentido común que no se debe perder mucha altura sobre la joroba de la cresta, no es sencillo el paso en ningún momento. En ocasiones es necesario perder altura, por lo que hay que volver a ganarla. El piso es dificultoso en todo momento y la vegetación es la dueña de un terreno por donde pasan un máximo de 10 grupos al año. CUIDADO CUANDO SEA OBLIGATORIO IR POR LA DERECHA, ZONA UMBRÍA, pues la caliza está helada con toda la peligrosidad que ello conlleva. Siempre, cuando se pueda, mejor por la izquierda, soleada. Nuestro grupo estaba compuesto por 13 montañeros con experiencia en piedra, de diversas formas físicas, pero aceptable la peor. A pesar de todo, nuestra velocidad en este tramo fue de menos de 2 km/h en movimiento y la ruta total le vino larga a algunos de nosotros. Téngase en cuenta.
Subiendo y bajando riscos llegamos a una zona que NO HE VISTO MARCADA EN NINGUNA DE LAS MUCHAS RUTAS QUE HE ESTUDIADO Y QUE HE MARCADO CON EL WAYPOINT TETRIS DE ROCAS. Se trata de trepadas y destrepadas por zonas rocosas (afortunadamente en zona NO umbría), entre las cuales hay grandes grietas. NO PARECEN PASOS EXPUESTOS, PERO REALMENTE LO SON, porque un accidente aquí puede tener muy graves consecuencias por la peligrosidad de las grietas y por la situación de estas, donde un rescate supondría una auténtica odisea. Como prueba, un compañero perdió un bastón en esta zona que se coló por uno de los huecos y estuvimos escuchándolo golpear las piedras de las profundidades más de 10 segundos. Además, y por si fuera poco, se nos echó la niebla en este tramo, con todo lo que ello conlleva. Repito, no nos desviamos del track confiable que llevábamos, pero se verá en mi track que la orientación es complicada aquí y que tuvimos que estudiar muy bien cada paso. Mi track NO está editado precisamente para que se vea la dificultad de la orientación en la que cada uno va por donde menos incómodo y seguro le pareció, siempre tratando de ir por zona no umbría y no bajarnos mucho de la joroba.
Pasado este arriesgado tramo de roca, quedaba encarar el Torreón (techo de Cádiz), también trepada tras trepada, en este caso con menor dificultad que lo que acabábamos de superar. Ojo con equivocarse y tirar hacia la umbría durante las trepadas finales porque, como puede verse en las curvas de nivel, la parte norte del Torreón es un tajo de varios cientos de metros.
Desde la cumbre del Torreón (pulsa aquí para un 360), la dificultad de la ruta baja a fácil. Bajamos por el sendero oficial hasta la carretera. En poco más de tres km se pierden 800 m de desnivel, pero el piso es comparable a una autovía después de lo que llevábamos. Abajo, cogimos un sendero paralelo a la carretera, que llega hasta Grazalema sin más dificultad que la subida al puerto del Boyar, donde había algún desprendimiento y barrizales que nos ralentizaron. Desde dicho puerto (en el que hay un mirador seguro que precioso sin niebla), preferimos seguir por la carretera porque se nos echaba la noche (la niebla había vuelto y la lluvia tonteaba con nosotros), aunque después vimos que, desde el mirador del Puerto del Boyar, el sendero está en perfectas condiciones por lo que recomiendo seguir por él porque se ahorra aproximadamente un km ya que la carretera hace varias curvas pronunciadas (tráfico bajo, eso sí). Ya entrando a Grazalema cogimos una especie de acerado que nos quitó de la carretera los últimos metros.
Prefiero pecar de pesado, pero la ruta es de una dificultad técnica muy difícil, con tramos arriesgados y que debe desecharse si no hay la total seguridad de que no habrá inclemencias meteorológicas en todo el día; LA DIFICULTAD DE CONSEGUIR UN PERMISO NO DEBE SER UN EXCUSA A LA HORA DE DESISTIR, porque parece que los responsables son comprensivos y atienden a una posposición del permiso si la meteorología hace imposible transitar por la cresta. Todo lo anterior no quita que sea muy divertida en muchísimos tramos, preciosa en todo el recorrido e inolvidable para todos los que la hagan.