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¿Lo primero que debes saber? Las etiquetas de vencimiento, tal y como las conocemos, no tienen nada que ver con la seguridad. J. Kenji López-Alt lo explica.
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(Video) Lo que necesitas saber: fechas de vencimiento de alimentos | Telemundo ChicagoAs a subscriber, you have 10 gift articles to give each month. Anyone can read what you share.

Por J. Kenji López-Alt
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¿Te has reencontrado con las especias olvidadas y los frijoles rancios de las profundidades de tu despensa? ¿Qué tan rancio es demasiado rancio? ¿Cuándo es el momento adecuado para descartar algo? ¿Y qué pasa con los ingredientes frescos? Si intento reducir al mínimo los viajes al supermercado, ¿cuánto tiempo puedo conservar los huevos, los lácteos y los productos frescos?
Esto es lo primero que debes saber: las fechas de caducidad no son fechas de caducidad.
En Estados Unidos, la datación de los productos alimentarios, como la denomina el Departamento de Agricultura, es totalmente voluntaria para todos los productos (a excepción de los alimentos de bebé, de los que hablaremos más adelante). No solo eso, sino que no tiene nada que ver con la seguridad. Se trata únicamente del mejor cálculo que puede ofrecer el fabricante sobre cuándo dejará de tener la máxima calidad su producto, sea lo que sea lo que eso signifique. Los fabricantes de alimentos también tienden a ser bastante conservadores con esas fechas, a sabiendas de que no todos mantenemos nuestras despensas a oscuras ni nos limitamos a abrir nuestras refrigeradoras lo mínimo necesario. (Yo, por ejemplo, nunca dejaría la puerta del frigorífico abierta durante minutos mientras contemplo qué bocadillo comer).
Empecemos por las cosas de las que definitivamente no tienes que preocuparte. Los vinagres, la miel, la vainilla u otros extractos, el azúcar, la sal, el jarabe de maíz y la melaza durarán prácticamente para siempre sin apenas cambiar de calidad. Las hojuelas de avena cortada o laminada duran un año más o menos antes de empezar a ponerse rancia, pero la avena pre cocida (o instantánea) puede durar casi para siempre. (Lo mismo ocurre con la sémola de maíz frente a la instantánea).
Harina
Es casi seguro que la harina blanca sobreviva, independientemente de su antigüedad. La harina de trigo integral y otras harinas integrales pueden adquirir un olor metálico o jabonoso en pocos meses. Esta regla general de “más blanco equivale a más tiempo” también se aplica a los cereales no molidos. El arroz blanco refinado, por ejemplo, durará años, mientras que el arroz integral solo durará meses.
Esto se debe a que los cereales sin refinar contienen grasas, y las grasas son lo primero que se estropea cuando se trata de alimentos básicos secos de la despensa. Los frutos secos, normalmente ricos en grasas, se ponen rancios en pocos meses en la despensa. (Guárdalos en el congelador para alargar ese plazo a unos cuantos años).
Pan
Los panes del supermercado hechos con aceites (y conservantes) pueden permanecer blandos durante semanas en la refrigeradora, pero el pan de masa madre de la panadería de la esquina, con su crujiente corteza, estará rancio al día siguiente y probablemente empiece a enmohecerse antes de que acabe la semana. (Yo corto el pan elegante en rebanadas y las congelo, y las voy sacando de una en una para tostar).
Frijoles
Los frijoles secos y las lentejas se pueden comer durante años después de guardados, pero se vuelven más duros y tardan más en cocinarse. Si no estás seguro de la edad de tus frijoles secos, evita utilizarlos en recetas que incluyan ingredientes ácidos como melaza o tomates. El ácido puede aumentar drásticamente el tiempo que tardan los frijoles en ablandarse.
Especias
Todos nos reímos de nuestros padres por usar sazonadores que caducaron en los años ochenta, pero, aparte de perder potencia, no hay es un pecado usarlos (a menos que consideres un pecado el paprikash de pollo sin sabor).
¿Y los enlatados y las conservas?
Por regla general, el metal dura más que el vidrio, que a su vez dura más que el plástico.
Mientras no haya signos externos de deterioro (como abombamiento u óxido), o deterioro visible al abrirlos (como enturbiamiento, moho u olor a podrido), las frutas, verduras y carnes enlatadas seguirán siendo tan deliciosas y apetecibles como el día que las compraste durante años (o, en el caso de, por ejemplo, las salchichas de Viena, al menos tan buenas como eran al principio). El pequeño botón de la parte superior de los productos envasados, que se abomba si se ha producido una acción bacteriana significativa en el interior del tarro, sigue siendo la mejor manera de saber si el contenido va a estar bien para comer. Dependiendo del almacenamiento, puede ser un año o una década. Del mismo modo, las latas de refresco conservan su efervescencia durante años, las botellas de vidrio hasta un año y las botellas de plástico unos meses. (La mayoría de los plásticos son permeables al gas).
Aceites
Los aceites, incluso los no refinados y propensos a volverse rancios, si están almacenados en latas selladas son casi indestructibles (como demuestra la lata de dos galones de aceite de sésamo tostado que llevo consumiendo desde 2006). Los aceites en botellas de vidrio selladas, no tanto. Los aceites en recipientes abiertos pueden variar mucho en cuanto a su vida útil, pero todos durarán más si no los guardas cerca o encima de los fogones, donde el calor puede alcanzarlos.
¿Cómo saber si el aceite está en buen estado? De la misma forma que con la mayoría de los alimentos: sigue tu olfato. El aceite viejo empezará a desarrollar olores metálicos, jabonosos o, en algunos casos, —como el del aceite de canola— como a pescado. ¿No confías en tu olfato? Pon una gota en la yema del dedo y aprieta. El aceite rancio no parecerá resbaladizo, sino pegajoso.
Del mismo pasillo del aceite y el vinagre: los aliños para ensaladas duran meses o más de un año si están refrigerados, sobre todo si vienen en botellas con aberturas estrechas para apretar (en lugar de frascos de boca ancha).
Condimentos
La mostaza dura una eternidad. El ketchup empezará a cambiar de color antes de que acabe el año, pero seguirá siendo apetecible. En contra de la creencia popular, la mayonesa tiene una vida útil excepcionalmente larga, sobre todo si no contiene ingredientes como jugo fresco de limón o ajo (las altas concentraciones de grasa, sal y ácido son enemigos de las bacterias y el moho).
El pasillo de alimentos internacionales es una guarida de salsas, encurtidos y condimentos de larga duración. Aún no he encontrado el punto de inflexión de calidad para la salsa de ostión, los chiles encurtidos, las salsas de chile (como la sambal oelek o la Sriracha), las salsas de frijoles fermentados (como la hoisin o la pasta de chile de habas de Sichuan) o la salsa de pescado. La salsa de soya tiene fama de longeva, pero yo guardo la mía en la refrigeradora para evitar los aromas que pueden empezar a desarrollarse tras unos meses en la despensa.
Huevos
Todos sabemos a qué huele un huevo podrido, ¿verdad? Si no, ¿por qué serviría de referencia para describir tantos otros malos olores? Pero, ¿cuántas veces has olido uno en realidad? ¿Una vez? ¿dos? ¿nunca? Probablemente nunca, al menos según la encuesta improvisada que realicé en Twitter. Porque los huevos tardan mucho en estropearse.
¿Cuánto tiempo? En Estados Unidos, la fecha juliana impresa en cada cartón (es el número de tres dígitos que va del 001 para el 1 de enero al 365 para el 31 de diciembre) representa la fecha en que se envasaron los huevos, que, en la mayor parte del país, puede ser hasta 30 días después de la puesta real del huevo. El sello de caducidad puede ser otros 30 días después de la fecha de envasado.
Es decir, ¡60 días completos! Pero lo más probable es que sigan siendo apetecibles durante varias semanas más.
Leche
Todos hemos echado por accidente alguna vez leche cortada en el tazón de los cereales. Parece que nuestra leche está perfectamente bien, hasta que de repente deja de estarlo. ¿Cómo puede estropearse de la noche a la mañana? La verdad es que no. Desde el momento en que abres un envase de leche, las bacterias empiezan a digerir la lactosa (azúcares de la leche) y producen subproductos ácidos. Una vez que su pH alcanza 4,6, es cuando la caseína (proteína de la leche) se aglutina.
¿Quieres leche más duradera? Busca que la etiqueta diga “temperatura ultraalta” o “UHT”. La leche en estos envases ha sido pasteurizada a altas temperaturas (135 grados Celsius: lo suficientemente caliente como para destruir no solo los virus y las bacterias, sino también las esporas bacterianas), luego se bombea asépticamente y se sella en envases de cartón. La mayoría de las marcas de leche ecológica u orgánica se someten al proceso UHT. (Bono: en las pruebas de sabor a ciegas que he realizado, la mayoría de la gente prefería el sabor más dulce de la leche UHT).
Comida de bebés
Y en cuanto a la comida para bebés —el único alimento con fecha de caducidad obligatoria—, la fecha de vencimiento representa la última fecha en la que el fabricante puede garantizar que el alimento no contiene menos nutrientes de los que figuran en la etiqueta o, en el caso de la leche de fórmula, que todavía puede pasar a través de una mamila de hule normal.
Ten la seguridad de que, si hay un apocalipsis zombi, podrás seguir comiendo papilla para bebé y obtener algún beneficio nutricional.
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